Algunos filósofos han escrito que la curiosidad de conocer las cosas ha sido entregada a los hombres como un castigo. Otros han dicho que se trata de una de las principales enfermedades del hombre es su inquietud por conocer lo que no puede llegar a saber. Pero como dicen los "Luthiers", lo importante no es saber, sino tener el teléfono del que sabe... Es la mejor manera de saber sin mortificarse imaginando o intuyendo.
En el caso de las mujeres curiosas, la curiosidad no es mala consejera, pero si has decidido firmemente saber, primero has de saber algo... Se fuerte para asumir las consecuencias del conocimiento. Porque como dice el dicho, LA CURIOSIDAD MATÓ AL GAT@... AVISO! Y la que avisa, no es traidora! ;)
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